Es costumbre trasladar la imagen por las calles más imposibles, a las horas más intempestivas y, todo ello, en profundo silencio y con la oscuridad solo rota por los cirios de los nazarenos. Como música, sólo tambores.
Recuerdo que hace años le seguía un Via Crucis. Creo que esa costumbre se ha roto.
A esta cofradía pertenecen Antonio Miralles, un servidor -aunque no ejerce- y, posiblemente, algún hermano más de la Hermandad de Septiembre que ahora no recuerdo. Se trata de la cofradía más numerosa de la localidad.
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