Último fin de semana de Agosto, fiestas del barrio de Santa Bárbara. De toda la vida de la ermita.
Y fiesta muy de verdad, con su Comisión correspondiente que se lo curra todo el año, su reina y sus damas, y sus procesiones. Y el
castellet, que suele levantar admiración y, en ocasiones, envidias.
Cuando éramos más chicos solíamos "subir" a la ermita haciendo alguna
paraeta por el camino y tomarnos algún que otro platito de
fabes y gises. Por aquel entonces teníamos pulmones más recios y la escalada no pesaba tanto. Hace tiempo que servidor no pasa de casa de Miralles.
Este año parece que han chocado, en fecha y hora, actos de Santa Barbara y de las fiestas del pueblo. Y el pueblo no da para tanto, creo yo.
Como ya imaginarán los más avispados, la descripción y breve historia de la ermita que sigue a estas lineas, es un vulgar "copia y pega". Cada cual lame sus carencias como puede.
Ermita de Santa Bárbara del siglo XVIII, ha sido declarada monumento histórico artístico de carácter local por la Academia de San Fernando en 1983. Según Pascual Madoz, la construcción de la actual ermita se inició en 1799, tras haberse derribado en 1775 una ermita anterior de idéntica advocación. Levantada sobre un gran basamento de piedra, la ermita se configura en planta como un rectángulo en cuyo interior alberga una elipse, situándose en los lados menores un ingreso porticado y el presbiterio con una serie de dependencias anejas: sacristía y vivienda de la santera, que cierran el citado rectángulo. Se accede al pórtico merced a una escalinata y se configura éste mediante tres arcos de medio punto que sostienen una espadaña en forma de frontón mixtilíneo, todo ello apoyado sobre pilares dóricos de fuste octogonal. La comisión de fiestas de Santa Bárbara informa en la siguiente entrevista de las actividades.
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