por la boca muere el pez

"Los cuarenta son la edad madura de la juventud; los cincuenta la juventud de la edad madura." (Victor Hugo)

Y digo yo..."Dos cosas: Una, si me descuido ésta cita no nos vale/Dos, por Dios os digo que la explosión hormonal no es la misma en plena juventud madura que en la juventud a pelo. ¿Qué cual es mejor?" (Servidor)

bocas anteriores


12.8.08

ENCUESTAS DE VERANO

Zapatero, Rajoy, Gabilondo y Losantos están de vacaciones, lo que nos da un margen de relax a los mortales y de espacio libre a los periodicos para asuntos inetresantes. Uno de de estos asuntos es una encuesta donde se quiere saber qué es lo que más le satisface a los hombres de las mujeres. Aprovechando que la ministra de igualdad, antes sección femenina (por el sesgo sexista del departamento), también está de vacaciones he preparado un resumen de la encuesta. El estudio publicado es farragoso, pormenorizado hasta la incomprensión y plagado de matices, análisis, divisiones y subdivisiones (edad, región, tipo de población, etc.). Lo nuestro es un resumen de andar por casa.

Hacemos un recorrido por la edad, desde la adolescencia hasta la madurez, y el resultado resumido es:
En la adolescencia, esto es, hasta los 18-20 tacos, a los muchachos les van las mujeres que sean básicamente eso, mujeres. No son nada exigentes, les basta con que tengan los atributos femeninos que las distinga de sus amigos. Y punto. Una mujer, sin más.
Desde la vuelta de la mili (valga como referencia) hasta bien pasados los 25, lo que interesa es que esté buena, qué digo buena, que esté muy buena, tipo tetas altas con escotes bajos y culos expandidos con faldas minimizadas. Sin anestesia, para su goce propio y la dentera de sus amigos. Otro goce.

Pasado el cuarto de siglo, y conforme nos aproximamos a la treintena, empezamos a ponernos estupendos y buscar algo más. "Oye, nada como una mujer inteligente con la que puedas mantener una conversación medianamente coherente". Como si nosotros fuésemos el dúo Ortega y Gasset. Lo cierto es que, según la encuesta, se agradece tomar un gin-tonic sin estar constantemente pendiente de los pechos de la chica; se empiezan a valorar unos ojos brillantes y una voz vibrante; y aunque -dice la encuesta- nos quedemos un poco descolocados, nos embelesamos al escuchar palabras con contenido y colgados al comprobar que las chicas saben pedir un vino o un pescado. Deja entrever el estudio que es entonces cuando empezamos a madurar los chicos. Será.

Metidos de lleno en los cuarenta y rondando el medio siglo, superada la ceguera producida por la mujer-brillo y empezando a estar un poco de vuelta de todo, lo que valoramos sobremanera, dicen los analistas, es nada más y nada menos que el sentido del humor. "Y es que, tío, una mujer con sentido del humor y media sonrisa en los labios es lo más". ¡Ahí nos han dado!, nos quedamos de muestra por media sonrisa labial.
La encuesta cuenta más cosas. habla de la ternura en años posteriores, de comprensión mutua y algunas otras cosas que ya no son de nuestro interés por estar en edades que, para nosotros, aún han de llegar.
Se anuncia, para cuando se reincorpore la ministra de Igualdad, la publicación de un estudio donde se pregunte a las chicas sobre los chicos. Alguien lo comentará.

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