
Y es que la cosa no está nada clara. Será por eso o por la vocación irrefrenable de la señora Briatore por las pasarelas, pero el caso es que la modelo ha protagonizado un desfile de lencería en Madrid.
Elisabetta, modelo de mujer de su tiempo, dice que de quedarse en casa para prepararle los spaguetis a Flavio, nanai de la China. Y Briatore a llamar a Telepizza. Son los signos de los tiempos. Y los tiempos son de todos, sin distinción de sexo ni de edad. Lo primero va por ella, que a la vista está; lo segundo por Don Flavio, que anda cerca de los sesenta.
Todo esto lo digo, claro está, por el futuro de la Hermandad. A ver, si un señor mayor que nosotros es capaz de adaptarse a los nuevos tiempos y a las exigencias de la modernidad, por qué no vamos nosotros a seguir celebrando la Hermandad a pesar de los años que vamos viendo pasar. Pues eso, ¡qué viva la Hermandad!. De momento.
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