
Se ha puesto de moda, o se ha recuperado una antigua costumbre. Creo que es esto último. Lo cierto es que cuando se intentó hace unos años tuvo éxito, pero no pasó de ahí. Su pecado original estuvo en que lo quiso instaurar un alcalde, pero al siguiente no le gustó y lo suprimió. El partido del alcalde que dejó de serlo sigue tomando vermut frente a su sede, como cosa particular, y, supongo, para mandarle uno de esos mensajes crípticos que se mandan los partidos.
Este año el Casino ha montado sus sesiones de vermut en los jardines. Con sus orquestinas y todo. Cuentan que un éxito. Lo que viene a demostrar que no siempre ganan los burócratas.
No hay fotos antiguas de la sesión de vermut, pero si esta de las monoverritas dándole al baile regional en el Casino. No, no es jazz.
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