Fotos, Kike
A la izquierda, los ajos del Llistero. Toda un mito. A la derecha, el picat. Curiosa comida donde la "sopa" se toma después del puchero. Como bien sabéis se trata de una vianda contundente, recia y con evidente aporte de calores y calorías.
Cuenta la leyenda que en una población cercana había una alcalde tan aficionado a este plato que en los meses más calurosos del verano ordenaba regar las calles para aparentar lluvia y poder comer ajos. Pura leyenda. La realidad es que las calles se regaban con los sudores del señor alcalde y familia.
Imprescindible la compañía de un vino con cuerpo generoso. Así mismo se aconseja que todos los presentes degusten los ajos. Facilita la convivencia.
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